lunes, 22 de octubre de 2007

Reporte NYC

A ver. New York. ¿A qué fui? De vacaciones. Una de mis hermanas, vive allá hace 4 años y decidí que esta era una de las mejores formas de empezar mi vida en este país. Así que, en resumen, llegué a Los Angeles y a la semana me estaba tomando otro avión, ahora con dirección a NYC. Estuve diez días, que no son tantos, pero tampoco pocos. Lo más entrete, seguro, fue estar con toda la gente que estuve: ya les dije que me quedé en la casa de mi hermana, que fue la encargada de sacarme a comer y mostrarme donde sale la gente cool en esta ciudad. Lo otro, es que mi amiga del alma que también vive en una ciudad super cool (Barcelona) y su madre que vive en Santiago decidieron juntarse ahí y pasear. Así que paseamos mucho juntas. En realidad hicimos todos los paseos juntas. Y esto de juntarse con las amigas en una ciudad como NYC es una de las cosas más estilosas que uno puede hacer.

Nueva York es una ciudad que está totalmente llena. Llena de gente, para empezar, apenas caben todas en Manhattan. Llena de carteles, tiendas, luces, restoranes de lo que uno se le ocurra, de latinos, coreanos, indios, locos, chinos, japos, turistas, estudiantes, gente linda, taxis y lo peor…ratas. No puedo dejar de mencionarlas, porque ir a NYC significó enfrentarme a estos bichos asquerosos a los que les tengo verdadero terror. Si usted no sabe lo que es tenerle fobia a algo, ni trate de entender. Uno en Nueva York se mueve sobre todo en Metro (Subway) y ahí, me habían dicho, estaban los rieles llenos de ratas. Yo me lo imaginaba literalmente así: como en las plazas hay palomas, así me imaginaba que estarían los rieles del subway. Pero no era para tanto y, al final, en todos los días que estuve, sólo vi una. Pero fue un avance tremendo. Los primeros días bajaba las escaleras del metro y me empezaba eso del corazón que se le sale a uno por la boca. Y los últimos ya no. Claro que nunca me atreví a mirar los rieles directamente.

Lo otro que está lleno en NYC son olores. Y no precisamente ricos. Hay algunas estaciones del metro que hieden a no se sabe qué y mejor ni averiguarlo.

Bueno, pero aparte de eso todo es una maravilla. Al único lugar que no volvería es a Times Square. Musho. Mucho cartel, demasiada gente, demasiadas luces, muchos NYPDs. No sé, mucho todo. Volvería infinitas veces al Central Park. Sin querer lo cruzamos de oeste a este o viceversa, ya no me acuerdo. Y por eso pudimos sacarle una foto al lugar donde homenajean a Lennon. Pero la verdad es que nos medio perdimos adentro y por eso terminamos saliendo por el otro lado de donde habíamos entrado. Otro hit es el MOMA, el Museum of Modern Arts. Es un lujo ese museo.

Y como mi hermana es toda una neoyorkina, tuve un poquitín de insight a la vida-de-verdad en este país. Los amigos de mi hermana dicen que NY y LA son exactamente opuestas. Como ocurre con muchas otras ciudades, hay una especie de rivalidad entre estas dos ciudades. En general, los neoyorkinos aman NY y no tanto LA. Y viceversa. La cosa es que, además de estar en las dos costas opuestas, mientras NY es como la capital del estilo y la elegancia, LA lo es de Hollywood y la farándula. Por lo que entendí, NY vendría a ser como la intelectual y sofisticada, mientras que LA es la capital de lo light, la cirugía plástica y todas esas cosas. Vamos a ver. Por el momento tengo la impresión de que en las dos partes hay para todos los gustos. Lo que NO HAY en NY es playa y este sol todo el rato que es fantástico para el espíritu (sí, puede que el calor no sea lo mejor para que trabaje el mate pero para eso inventaron el aire acondicionado).


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